martes, 27 de diciembre de 2011

Vivienda Turística

Durante largos años los hoteleros del estado de Morelos se manifestaron en contra del denominado “Turismo Residencial”; para el expresidente de la Asociación de Hoteles del Estado de Morelos A.C. (AHEM) Jaime Rubí Olivera esta denominación denota una exclusión de términos: “Turismo, implica el movimiento del individuo a una zona geográfica distinta a su zona de residencia y la pernocta fuera de la misma con la derrama económica correspondiente; con esto se excluye el término “residencial””.
Para el año 2008 se acordó investigar el tema a través del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con la colaboración de Ricardo Torres Carreto (Coordinador Estatal Morelos) de dicho instituto.
Otro expresidente de la AHEM, Rubén Mendoza Garrido, argumentó la competencia desleal de las conocidas como “segundas casas” en la oferta turística: “Se cuelgan de la promoción de un destino evadiendo las obligaciones fiscales de la actividad económica”.
Torres Carreto del INEGI trató el tema con cautela, mencionó 144 mil casas en el estado “susceptibles” de ser rentadas el fin de semana. En los censos de población y vivienda se observaron casas con mobiliario y accesorios que indicaban propiedades habitadas sin respuesta al llamar a la puerta, infiriendo visita de fin de semana.
El secretario de Turismo, Hugo Salgado, menciona en sus estimaciones estadísticas la afluencia del “Turismo Residencial” al estado como un indicador de las preferencias del mercado por las bondades del clima y cercanía de Morelos.
Todos los datos anteriores nos llevan a denominar “Vivienda Turística” a este fenómeno económico. La demanda de este servicio existe y satisface necesidades específicas (nos guste o no). La vivienda turística tiene un nulo control de la densidad de ocupación de las propiedades, la demanda de energía y servicios se llevan al límite; los horarios de uso para las áreas públicas son inexistentes, así, las albercas pueden ocuparse sin restricciones, los reproductores de música abusan de los decibeles y se prolongan hasta el amanecer; lo peor: los ingresos de esta actividad evaden impuestos. Tan sólo al referirnos al impuesto sobre hospedaje (2.5%) se estima una merma al estado superior a los 30 millones de pesos (mdp) anuales. Cálculos conservadores ubican 100 mil habitaciones en oferta para ser rentadas el fin de semana en Morelos; si cada una de ellas se rentara una vez al mes con un costo promedio de 500 pesos por noche, nos lleva a hablar de una industria con valor de mil 200 mdp anuales libres de impuestos y con pírricos beneficios al estado.
Cifras oficiales de Sectur Federal mencionan 7 mil 609 habitaciones de hotel en el estado contra 100 mil de vivienda turística (estimada), es decir que por cada habitación de hotel tenemos 13 de vivienda turística.